A MI PASTOR Y A MI PASTORA, JOSÉ MAX VAQUERANO Y DOÑA KARLA DE VAQUERANO


Quiero que sepan que les agradezco infinitamente haberme prestado y darme cobijo en su casa, han cumplido una orden de nuestro señor Jesucristo, en nuestra Iglesia “Roca Eterna” de Nueva York nos habían dado palabra que al llegar a El Salvador, ángeles de nuestro señor, nos iban a recibir, y lo comprobé que han sido ustedes, lo que yo no sabía fue que una familia entera consagrada a nuestro señor Jesucristo nos iba a ayudar, cinco ángeles, Padre, Madre, y sus tres hijos; Karlita la mayor, una joven entregada totalmente a la obra de nuestro Rey de reyes, el Dios de Israel, Caleb lo mismo, un joven de 17 años, toca todos los instrumentos musicales en nuestras alabanzas, y Abner, un bello niño, luz de nuestra iglesia de Cristo “HOREM” Merliot, Santa Tecla, Ministerios Ebenezer, los bendigo por el resto de mi vida, aunque no fuera muy larga y que el poderoso de Israel siempre me los lleve bajo sus alas de amor, comprensión y misericordia (Amén).