lunes, 3 de septiembre de 2018

RECONCILIACIÓN, QUE BONITA PALABRA.


Entre los humanos es una bonita palabra (dulce) hay reconciliación entre hermanos, hacen las pases y por mucho tiempo pueden vivir en paz.
Hay reconciliación entre los hijos y los padres, pero siguen pendiente de ellos.
Hay reconciliación entre esposos o compañeros de vida, esta es la más complicada, por eso hay un dicho que dice "entre hermanos y casados nadie debe meter su mano" porque hoy se pelean, duermen juntos y hacen el amor y al día siguiente ni se acuerdan del pleito, pero el que se mete (el metido) ese queda de enemigo de los dos, ahora si el pleito pasa a más y existen meses de separación, esa reconciliación ya vendrá con cuernos de los dos.
La reconciliación más sensata, más inteligente es (conciliar con Dios) si nos arrepentimos de corazón y no volvemos a cometer nuestras sinvergüenzadas, nuestras maldades, el las aventara al mar, a lo más profundo y nunca El se acordara el de ellas, nos lo garantiza y si Dios lo dice es ley. La única conciliación que si cumplimos nos llevara a los pies de nuestro Rey de Reyes, Señor de Señores, El Poderoso De Israel, Nuestro Señor Jesucristo.

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